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lunes, 15 de septiembre de 2014

LAS FESTIVIDADES DEL MES DE TISHREI


LAS FESTIVIDADES DEL MES DE TISHREI

UNA PUBLICACIÓN DE Tribuna Israelita
     Tishrei es el primer mes del año judío de acuerdo a la cuenta desde la creación del mundo y el séptimo si se considera a partir de la salida de los judíos de Egipto. El nombre Tishrei es de origen babilónico y proviene de la expresión acarea “Tashritu”, que significa “comienzo”, por ser el mes en que fue creado el mundo.
En la Torá o Biblia judía, Tishrei es mencionado como el séptimo mes: “En el mes séptimo, al primero del mes tendréis sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación” (Levítico 23:24).
     En este mes se festejan cuatro importantes festividades del pueblo judío. Rosh Hashaná (el Año Nuevo) es festejado el primer día del mes, posteriormente transcurren los diez días de penitencia que culminan en Yom Kipur (Día del Perdón), que se celebra el 10 de Tishrei. Por su importancia religiosa estas festividades se conocen como las Fiestas Mayores.
     Del 15 al 22 de Tishrei es festejada Sucot (Fiesta de los Tabernáculos), la cual finaliza con las celebraciones de Sheminí Atzeret y Simjat Torá (Fiesta de la Torá).
ROSH HASHANÁ: EL AÑO NUEVO JUDÍO
     
A diferencia de otras festividades judías, Rosh Hashaná no conmemora ningún suceso histórico. Es más bien una festividad religiosa que celebra el papel preponderante de Dios como Señor absoluto del universo y Juez de los hombres, así como la creación del cosmos. A su vez, enfatiza los conceptos de moralidad, espiritualidad y el carácter sagrado del examen de conciencia y la introspección en este día. Según el Talmud – obra que recoge las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, leyendas e historias –, todas las acciones del hombre del año anterior son juzgadas y evaluadas en Rosh Hashaná y 10 días después, en Yom Kipur (el Día de la Expiación) Dios llega a un veredicto. Los 10 días que transcurren entre las dos fiestas son sumamente sagrados y solemnes, y se conocen con el nombre de Yamim Noraim o Días de Reflexión.
     A pesar de que Rosh Hashaná significa literalmente “principio o cabeza de año”, el calendario civil judío comienza en el mes de Nisán (marzo-abril) en la primavera y en la época de la Pascua. El mes de Tishrei es el principio del año religioso judío pero es en realidad el séptimo mes del año.
     A diferencia de Israel, donde Rosh Hashaná se celebra un solo día, en las comunidades judías de la diáspora se lleva a cabo durante dos días: el primero y segundo día del mes judío de Tishrei (que generalmente equivale al mes de septiembre). Esto se hace para asegurar que las festividades se celebren en la fecha exacta, dado que ésta se establece a partir de la aparición de la Luna Nueva, que varía según las distintas regiones del mundo.
     Rosh Hashaná se concentra en el concepto del “retorno hacia Dios”, quien en su infinita misericordia acepta recibir al penitente, perdonar sus pecados y ofrecerle la oportunidad de comenzar el año con la conciencia limpia. Así mismo, es una festividad que otorga máxima importancia a la relación del hombre con sus semejantes y consigo mismo.
     La tradición cuenta que en Rosh Hashaná Dios abre tres libros para la evaluación de los seres humanos: el Libro de la Vida de los Malvados, el Libro de la Vida de los Justos y el Libro de la Vida de aquellos que se hallan suspendidos entre ambos polos. A los justos les es prometida inmediatamente una buena vida en el futuro; los malvados son condenados a muerte. El juicio de aquellos que se encuentran suspendidos se pospone hasta Yom Kipur, cuando se toma la decisión final para asignarlos a la categoría moral de la que son merecedores.
     La principal característica de esta celebración es el toque del shofar o cuerno de carnero. El shofar es un instrumento natural de viento, de los más antiguos conocidos en el mundo. En tiempos bíblicos los judíos lo utilizaban como instrumento musical o de batalla para intimidar al enemigo, declarar la guerra o llamar al pueblo a asamblea. El uso del shofar en Rosh Hashaná proviene de aquellos tiempos. Cada principio de mes se acostumbraba tocarlo, pero en la Luna Nueva del mes de Tishrei se tocaba con un sonido especial que marcaba el comienzo del periodo de convocación sagrada que conforman las festividades judías más importantes El shofar se utiliza en conmemoración del sacrificio de Isaac. Según la leyenda bíblica, en el momento en el que Abraham se disponía a sacrificar a su hijo en obediencia al mandato divino, un carnero atrapado en un matorral sirvió como sustituto al sacrificio humano.
     Para Maimónides, filósofo judío español del siglo XII, el shofar tiene un profundo significado moral: “Despertad de vuestro sueño, durmientes… y meditad en vuestros actos: recordad a vuestro Creador y retornad a El en penitencia. No seáis de aquellos que pasan por alto las realidades en su búsqueda de sombras y pierden sus años en persecución de cosas vanas que no pueden beneficiar ni liberar. Mirad bien por vuestras almas y considerad vuestros actos: abandone cada uno de vosotros los caminos erróneos y los pensamientos impropios y retornad a Dios de manera que El pueda tener piedad de vosotros.” (Hiljot Teshuvá 3:4).
     Rosh Hashaná es un festejo no exento de colorido y rico simbolismo religioso. Existe una ceremonia llamada “Tashlij”, que quiere decir “desechar” o “abandonar” y que simboliza la purificación del alma. En la tarde del primer día de Rosh Hashaná, los judíos acostumbran reunirse junto a un cuerpo de agua como un estanque o un río y vacían sus bolsillos de migajas, recitando oraciones que incluyen el verso del Libro de Miqueas: “Y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (7:19).
     Igualmente, se acostumbra hornear panes redondos que simbolizan la naturaleza cíclica y eterna de la vida y expresan la esperanza de que el año venidero sea completo como un círculo y no esté marcado por la tragedia. Es tradicional servir frutas con miel. La miel es símbolo de la esperanza y deseo de que el año siguiente este colmado de dulzura y prosperidad. Así mismo, se sirve a la mesa una cabeza de pescado. Muchas culturas primitivas creían que los alimentos que se ingieren en el Año Nuevo son capaces de influenciar el ciclo completo. En la tradición judía el pescado es un platillo popular porque está asociado con la fertilidad. La cabeza de pescado simboliza la productividad y la prosperidad futuras.
     Debido a que en esta solemne ocasión se debe comenzar un nuevo ciclo guiado por ideales y acciones más nobles, se acostumbra vestir de blanco, color que simboliza humildad y pureza de pensamiento.
     A pesar de su carácter solemne, Rosh Hashaná es una festividad plena de optimismo y alegría. En esta ocasión cada judío tiene la oportunidad de renovar su fe y expresar su gratitud a Dios en la meditación y en compañía de sus seres queridos.
YOM KIPUR: EL DÍA DEL PERDÓN
     
Yom Kipur, el Día del Perdón en la tradición judía, es un día de penitencia y purificación espiritual y moral. Se celebra en el décimo día del mes de Tishrei que coincide con septiembre u octubre.
     En este día el individuo pide perdón a Dios por sus pecados y se purifica de ellos. Aprende a mostrarse compasivo y comprensivo hacia los demás. En sí, el énfasis de esta festividad se halla en la importancia de las buenas relaciones del hombre con sus semejantes. Yom Kipur es, en esencia, un rito sagrado de purificación espiritual individual y comunal que concentra la unión espiritual del hombre con Dios y con los demás hombres.
     Durante Yom Kipur se acostumbra ayunar de atardecer a atardecer durante un día. El ayuno es de especial importancia; su función es purificar el cuerpo y el alma de distracciones y placeres materiales, y así lograr el acercamiento espiritual del penitente hacia Dios. El origen del ayuno de Yom Kipur es bíblico. El libro de Números (27:9) dice: “Y en el décimo día del séptimo mes, tendrán una convocación sagrada y afligirán sus almas.”
     
Existe otro tipo de restricciones y costumbres que limitan las actividades placenteras en este día solemne. Por ejemplo, está prohibido bañarse, tener relaciones sexuales e ingerir alimentos y líquidos. El individuo pasa todo el día en el templo, en compañía de su familia, orando.
     En Yom Kipur se debe poner énfasis en la humildad y en la sencillez, y es por esto que no se utilizan artículos o zapatos de piel, ya que en tiempos antiguos estos eran de gran lujo. De igual modo, se acostumbra vestir de blanco y cubrir de este color las vestiduras de la sinagoga, ya que éste simboliza limpieza y pureza de espíritu. Esto proviene probablemente del libro Isaías: “aunque tus pecados sean como escarlata, serán blancos como la nieve”. (1:18)
     Antes del atardecer al comienzo de Yom Kipur, se recita la plegaria de “Kol Nidre”. Esta hermosa e importante oración invoca la nulificación de juramentos prestados inconsciente o forzadamente alguna vez durante la vida del hombre. Su origen se remonta a los tiempos de la Inquisición cuando los autos y abjuraciones de fe eran práctica común contra los judíos. A pesar de que en tiempos modernos ya no son muchos los casos en que esto sucede, la plegaria se ha conservado por su enorme belleza y por la profunda fuerza emotiva que ha despertado en las congregaciones judías a través de los siglos. En realidad, “Kol Nidre” es una formula legal por medio de la cual los individuos son liberados de este tipo de juramentos y se repite tres veces para que toda la congregación tenga la oportunidad de escucharla.
     De igual manera, se recitan oraciones confesionales y se incluye el “Yizkor”, la plegaria en memoria a los muertos. Esta costumbre data del siglo V e.c. Su origen es incierto pero probablemente fue introducida como rezo en Yom Kipur para lograr el arrepentimiento del individuo al invocar a sus seres queridos fallecidos. La recitación del “Yizkor” se volvió obligatoria durante el periodo de las Cruzadas (siglo XI a XIII) cuando miles de judíos eran violentamente masacrados por los ejércitos fanáticos que marchaban a través de Europa en camino hacia Tierra Santa. La inclusión del “Yizkor” otorga una oportunidad tanto para el individuo como para la comunidad de expresar su pérdida y su dolor conjuntamente.
     En el Día de la Expiación se lee especialmente el libro bíblico de Jonás, ya que en él se trata uno de los temas que conciernen a esta festividad: el hombre es capaz de abandonar el camino del mal, aceptar responsabilidad por sus acciones y retornar a Dios.
     Al finalizar este día, al atardecer, se toca el cuerno de carnero o shofar y con esto se da por terminado el ayuno. El sonido largo del shofar expresa el sentimiento de los fieles que se han extendido espiritualmente hacia Dios y hacia sí mismos durante el largo día de oración, y que a partir de ese momento resuelven llevar vidas más nobles y significativas como individuos y como parte de la sociedad. El ayuno se rompe en compañía de toda la familia, con una cena donde se augura salud y prosperidad para todos.
SUCOT: LA FIESTA DE LAS CABAÑAS
     
Sucot es una de las fiestas más antiguas y más alegres del calendario judío y se celebra el 15 de Tishrei (septiembre u octubre). La palabra “sucot” significa tabernáculos o cabañas y se refiere a los lugares de residencia temporarios que utilizaron los hijos de Israel en el desierto durante el periodo de cuarenta años que duro su peregrinación después del éxodo de Egipto hasta su llegada a la tierra prometida. “En cabañas hice Yo habitar a los hijos de Israel cuando los saque de la tierra de Egipto” (Levítico 23:42).
     La significación de la fiesta no se limita a la conmemoración histórica. El motivo espiritual de habitar en cabañas temporales es una demostración de la fe del judío en Dios, ya que sin la protección del Todopoderoso los hebreos jamás hubieran podido sobrevivir el largo viaje en el desierto.
     Esta indomable fe en Dios se simboliza en la sucá, cabaña endeble que se construye en el exterior de las casas, en la que los judíos tienen la obligación de habitar durante la semana que dura la festividad, exceptuando a los enfermos o a aquellos que residen en climas fríos.
     La participación de toda la familia en la construcción y decoración de la sucá es uno de los momentos más alegres para los judíos. Existe un tratado completo en el que se establecen las especificaciones para la construcción de la sucá: debe tener por lo menos tres paredes y el cuarto lado debe dejarse abierto. Las paredes pueden ser de cualquier material y deben estar fijadas firmemente para resistir el viento. El carácter temporal de la sucá está simbolizado por el techo que se construye con follaje colocado de tal manera que haya más sombra que luz solar y para que en caso de lluvia sirva como protección. Para hacer la sucá más hermosa y agradable se acostumbra colgar del techo frutos y vegetales. Una vez terminada, la cabaña debe quedar de una altura determinada para recordar con esto al hombre, que no debe ser demasiado arrogante ni tampoco demasiado subordinado.
     Durante siete días los judíos deben habitar en la sucá tanto como les sea posible, exceptuando a los enfermos o a aquellos que habitan en climas fríos.
     Además de su fundamento histórico, Sucot tiene también un origen agrícola. La Torá o Biblia judía otorga un énfasis adicional al motivo espiritual de la festividad por el hecho de que el momento de observancia fue determinado por la última cosecha del año:“La fiesta de las cabañas celebraras por siete días cuando hayas recogido la cosecha de tu era y tu lagar” (Deuteronomio 16:13). Es aquí cuando el espíritu de reconocimiento y gratitud hacia Dios por proveer las necesidades humanas surge de la manera más natural.
     Sucot es la tercera de las fiestas de peregrinación celebradas en la antigüedad en las que los varones del pueblo hebreo debían llevar al gran Templo de Jerusalem las primicias de su cosecha. A diferencia de las otras festividades en las que los peregrinos regresaban a sus hogares después del primer día de fiesta para continuar con la recolección de la cosecha, en Sucot el pueblo festejaba durante siete días porque ya había recogido las mieses.
     El carácter agrícola de la fiesta recibió expresión simbólica en el empleo de cuatro especies vegetales que se agitan en todas direcciones para indicar la omnipresencia de Dios, como Regente sobre todos los elementos del universo. Esto responde al precepto bíblico que dice: “Y tomaréis para vosotros en el día primero fruto de árbol hermoso, ramos de palmas y ramos de árboles frondosos y sauces de los arroyos…” (Levítico 23:40).
     Las cuatro especies simbolizan los tipos de personas que conforman una nación, que son de distintos temperamentos, pero todos necesarios para componer la sociedad humana. La sidra que tiene buen sabor y una agradable fragancia es como los hombres que estudian y realizan buenas acciones. La palma como su fruto, el dátil, tiene buen sabor pero carece de aroma, y representa a los hombres que han estudiado pero que no practican lo que han aprendido. El mirto, con aroma agradable pero insulso simboliza a los hombres que no estudian pero que realizan buenas acciones y el sauce, que no es comestible ni tiene fragancia, alude a los hombres que no estudian ni realizan buenas acciones.
     Sucot es una fiesta rica en simbolismos y llena de colorido, en donde prevalece una atmósfera animada por cantos y bailes.
SHEMINÍ ATZERET Y SIMJAT TORÁ: ALEGRÍA DE LA TORÁ
     
El octavo día en que concluye Sucot es conocido como Sheminí Atzeret que significa “el octavo día de la Asamblea Solemne”. Aunque su propósito es poner fin a la fiesta anterior, Sheminí Atzeret no refleja ninguna de las observancias relacionadas con Sucot ya que es una festividad autónoma. Sheminí Atzeret es una fecha que invita al regocijo y que marca el momento en que el judío abandona la sucá para regresar al hogar a completar la semana festiva.
     Un rasgo particular de esta fiesta es la costumbre de elevar una plegaria por la lluvia, pidiendo a Dios lluvia abundante para Israel, para que sus habitantes, puedan almacenarla para los secos meses veraniegos.
     Debido a que en Sheminí Atzeret se completa el ciclo anual de la lectura semanal de la Torá, el día siguiente es conocido como Simjat Torá que significa “alegría” o “regocijo de la Torá”. En los tiempos antiguos esta fiesta proveía a cada generación de otra oportunidad de demostrar el gran amor del judío hacia Dios y hacia su ley.
     La conclusión y el reinicio de la lectura de la Torá han sido siempre celebrados con alegría reverente. Con el objeto de que no exista ni la más ligera impresión de que una vez que se ha leído la Torá se abandona el estudio, inmediatamente se comienza a leer el primer capítulo del Génesis. Así se inicia el ciclo del año siguiente.
     De este modo, mientras celebramos la cosecha material del judaísmo festejamos al mismo tiempo su cosecha espiritual: la finalización de la lectura de la ley de Dios. Es por ello que sin duda alguna, Simjat Torá es el día festivo más alegremente celebrado por los judíos. Niños y jóvenes se unen a la procesión que da siete vueltas alrededor de la sinagoga portando los rollos sagrados. Es así como se estimula su interés y se les inspira el amor haciala Torá y sus preceptos, ley que ha constituido una cadena indestructible que enlaza al judaísmo de generación en generación.