Se cumplen 5771 años de la creación, según el Calendario Judío y en estas milenarias celebraciones las comunidades de diversa procedencias y de diversos ritos, coinciden en celebrar en estas fechas, tanto el año nuevo como 10 días después, el Día del Perdón.
Dentro de las numerosas fiestas y tradiciones Judías, quizás estas son las mas importantes, junto con el Pesaj, que es la fiesta de Pascua.
Por razones de trabajo, amistad y hoy familiares, he tenido contacto vivencial con estas fiestas y he aprendido a respetar sus significados, y quiero destacar en esta oportunidad los 10 días que transcurren entre el año nuevo y el día del perdón.
En este lapso de tiempo el Judío se prepara en una reflexion profunda de su ser, para evaluar que ha hecho, que esta haciendo y que puede hacer en el año que termina y en el año que se inicia.
La humanidad vive en ciclos, noche y día, las estaciones, la luna, los años, la vida y la muerte, lo que nos permite en los ciclos de años, meditar la trascendencia de nuestras vidas.
La Tora -Pentateuco nos dice que Moisés después de liberar a los hebreos de la esclavitud en Egipto, llegó hasta el Monte Sinai en donde recibió Los Mandamientos, pero que al presentarlos a su pueblo, este se había vuelto idólatra, por lo que encolerizado rompió las Tablas. Luego subió nuevamente al Monte Sinai en donde recibió la Tora y las Leyes no escritas, esta vez cuando bajó al valle, encontró a su pueblo arrepentido, por lo que fueron perdonados en ese día, Yom Kipur, ( el día del perdón).
Por esto, tanto la fecha del año nuevo, Rosh Hashana como la del Día del Perdón, Yom Kipur, son símbolos muy importantes de la capacidad del ser humano para trascender, ya que en el ejercicio de su inteligencia sabe la importancia de evaluar sus ciclos de vida, sus inicios y sus finales, para sacar de la experiencia, las mejores actitudes para afrontar el futuro y por otra parte, liberar la pesada carga de las ofensas, tanto las recibidas como las provocadas, en un proceso lleno de conciencia para lograr la depuración de su ser.
Sean estos días por lo tanto, motivo de paz, reflexión y perdón.
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